martes, 13 de febrero de 2007

Capítulo 18: Asalto al castillo

- En serio, Alexej... no me siento muy cómodo con esto... de verdad tenemos que matarle?
- Sí. - Alexej no tenía ni la más mínima intención de cambiar de postura.
- Pero, joder... no nos ha hecho nada...
- Sí.
- Vas a decir algo que no sea "Sí" en algún momento?
- Sí. Pero antes eliminaremos al objetivo.
Suspirando Juve volvió a alzar el fusil.
La gente se apartaba del pasillo conforme Alexej y Juve avanzaban con sus armas en alto.
- Dejad paso, vamos, todo el mundo fuera de aquí.
El pánico se apoderó de la multitud y la gente comenzó a gritar desesperada. Las cajeras salieron huyendo después de apretar el botón de alarma y los guardias de seguridad del recinto comenzaron a correr nerviosos por los pasillos, intentando reunirse y hacer frente a la amenaza.
Stukov ni se inmutaba, su rumbo no variaba. Sabía dónde iba a encontrar a su objetivo y hacia allí se iba a dirigir. Nada ni nadie se lo impedirían. Un fusil de asalto respaldaba su decisión.
- Oye, Ale...
Un fuerte capón silenció a Juve.
- Como vuelvas a mencionar mi nombre te mataré. No quiero ser descubierto, es por eso por lo que llevo un pasamontañas, entiendes?
- Sí, pero...
- Cállate, ahora estás metido en esto conmigo y tendrás que cumplir con mis órdenes hasta el final, o morirás aquí abatido por disparos de tiradores aficionados. - El desprecio con el que Alexej formuló su frase hizo que Juve supiese que saldría de aquel lugar con vida. Stukov no era un tipo que hablase por hablar. Sus palabras solían acarrear consecuencias y, si estaba convencido de que aquellos guardias no iban a causarles el más mínimo problema, era porque realmente sería así. - Vamos, avanza y no te entretengas con gilipolleces.
Ambos siguieron con paso firme a lo largo del pasillo mientras los guardias se escondían al fondo del mismo tras una especie de barricada.
"Te tengo". Alexej estaba seguro de que había acertado. "Por qué habrá tantos guardias ante esa sala si no es para proteger al multimillonario excéntrico?"
- Oye... jefe... ahí se amontonan varios guardias, no crees que...
- Escucha, muchacho... harás lo que yo te diga. Nada más.
- De... de acuerdo.
Tras dar algunos pasos más Alexej dio la orden.
- Equis, escóndete tras esa mesa y apunta a la zona donde están los guardias, cuando te lo ordene abrirás fuego para cubrirme las espaldas.
- Sí señor. - Juve volvía a sentirse como hacía años que no lo hacía. Estaba ansioso por volver a disparar un arma.
Alexej avanzó otros pocos pasos más y colocándose detrás de un armario comenzó a preparar su equipo.
Llevaba el fusil que Juve le había traído, dos Five-Seven con varios cargadores extra en su cinturón, un machete de guerra y un par de granadas. También llevaba un espejo de mano, un chaleco antibalas, un casco con prismáticos y visión nocturna incorporados y una mira telescópica para montar en el fusil.
Juve no podía creer lo que estaba viendo. "Creo que llevo demasiado tiempo sin trabajar con él...". Exceptuando la M-16 con silenciador, Juve no había estado al tanto del armamento que su compañero llevaba en el maletero.

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Thiago se encontraba ahora junto a sus compañeros. Los guardias estaban al fondo del pasillo postrados tras diversos muebles, la mayoría con armamento ligero. Algunos estaban temblando, pues habían oído hablar de aquel extraño sujeto que en estos momentos se encontraba a pocos cientos de metros de ellos. Aún no estaba a tiro, y sin embargo algunos guardias ya estaban intentando conseguir un ángulo aceptable de disparo para acertar a impactar sobre su objetivo.
El joven guardia sostenía una Glock entre sus manos. Apuntaba hacia la dirección en la que sabían que el objetivo se había puesto a cubierto. Sólo esperaba a que el capitán diese la maldita orden que todos estaban esperando "Abran fuego!", sin embargo aquel momento no parecía querer llegar. Los minutos pasaban y el pasillo estaba completamente en silencio. Nadie escuchaba nada, sólo el sonido de las pulsaciones de los compañeros perturbaban la paz interior de los que más nerviosos estaban. "Joder... ayer un concierto que iba a recordar el resto de mi vida y hoy me enfrento a un terrorista buscado por la Interpol. Por qué me tiene que pasar esto a mí? Con lo bien que me iban las cosas últimamente...", Thiago estaba nervioso.
- Aguantad... - El capitán parecía estar más nervioso que su batallón. Su voz y su brazo, alzado con dos dedos extendidos, temblaban de forma descarada. - Aún está lejos. Tiene que pasar por aquí para poder alcanzar su objetivo. Mantened la posición!
Los componentes del batallón que ahora defendían al multimillonario dudaban de la profesionalidad de su líder, entre otras cosas, porque la disposición y la estategia que debían adoptar no se asemejaba en absoluto a la situación real.
- Somos el batallón de los Perros. El batallón más potente de este lugar. Si nosotros no demostramos nuestra valía y profesionalidad el paraíso caerá. Tenemos que mantene...
Un silbido cortó el viento y el capitán calló al suelo con un agujero de bala en el cráneo entre ceja y ceja. Sangraba sin cesar. El batallón comenzó a desorientarse más y más. Algunos comenzaron a disparar, lo que llevó a los más inseguros a acompañarles en el intento o a huir alocadamente en dirección opuesta.
Thiago se unió a los soldados que huían. Sus chillidos hacían eco a lo largo de todo el pasillo y algunos de los soldados que aún no se habían desesperado comenzaron a sentirse amenazados, sumiéndose en una terrible crisis nerviosa que acabó por llevarlos a realizar acciones desesperadas.
Tres nuevos disparos alcanzaron a tres nuevos objetivos y el caos acabó por dominar.
El batallón de los Perros estaba ahora completamente desorientado, con componentes desperdigados por todo el pasillo y sin ningún tipo de rumbo u ojbetivo. Pocos guardias quedaban que realmente supiesen por qué estaban ahí. Y de estos cada vez quedaban menos, pues si no eran los certeros disparos provenientes del final del pasillo era el desorden general o los chillidos de Thiago los que los desorientaban.
- Retirada! Retirada! Abandonemos el lugar y tratemos de encontrar una posición privilegiada para dominar la situación! - El más cuerdo de los soldados que quedaban se hallaba ahora detrás de una enorme estantería, recargando su pistola. Trataba de calmar a los guardias que aún seguían con vida, pero el ruido y el caos en el que estaba sumida la situación dificultaba aún más su labor. A pesar de todo, algunos de los soldados se unieron a su causa y trataron de recmponer el grupo y formar un colectivo más organizado que plantara cara a los terroristas.

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El grupo de héroes que se había propuesto plantarle cara duró aproximadamente 3 minutos en combate antes de fenecer por completo. Los guardias restantes ya habían huido y en la lejanía aún se escuchaban los agudos chillidos de uno de los componentes de aquel tropel de imbéciles.
Alexej miró una vez más por su mira telescópica tratando de encontrar algún objetivo vivo al que eliminar. No tuvo éxito. Por lo que podía observar ya no quedaban objetivos a la vista.
- Bien. Equis, vamos a avanzar. Parece que hemos acabado con todos.
Juve observaba su humeante fusil y con una sonrisa extrajo un nuevo cargador y recargó su flamante arma.
- Por cierto, buena puntería. Creo haber contado que has matado a siete - Alexej sonreía también.
- Sin duda. Y tú? - Juve se sentía orgulloso de su actuación.
- Veintidós.
Juve trató de disimular su sorpresa.
- Dios mío, eres una auténtica máquina de matar...!
- Lo sé. Ahora muévete, tenemos que encontrar a nuestro objetivo.
Alexej comenzó a avanzar por el largo pasillo con grandes zancadas, armado con las dos pistolas que había traído y con su fusil a la espalda. Juve le seguía lo más rápido que podía.
Ante ellos un enorme charco de sangre y múltiples cadáveres les obligaban a avanzar con más cuidado hacia las dos grandes puertas metálicas.
- Es aquí. - Alexej señalaba una de las grandes puertas, mostrándole a Juve el símbolo del jeque.
- Por qué usa el símbolo de Disney para representar su imperio?
- No lo sé. Pero este es el del castillo, supongo que tendrá relación con el imperio de su balneario... su castillo, su fortaleza. El que más me extraña a mí es el símbolo de Mickey Mouse que hay sobre todas sus pertenencias privadas... es algo irritante tener que estar viendo esa basura...
Tras comprobar que el pasillo estaba vacío, Alexej se dispuso a forzar la puerta.

2 comentarios:

Arturo Orgaz Casado dijo...

Eh, Chili, deja de ponerme como un pelma. ¡Encima de que soy el único que se molesta en comentar en el blog!

Anónimo dijo...

eresss un pelma!