lunes, 12 de febrero de 2007

Capítulo 16: (Letales) pérdidas de memoria

Plaff!
Una fuerte bofetada despertó a Largo. El impacto le derribó y cayó al suelo de boca. Era la tercera vez que se encontraba tan cerca del suelo aquel día.
- Pero qué cojones te pasa?!, enfermo! - Largo parecía molesto.
- Qué? Qué pasa, tío? - Troncheff se encontraba de pie junto a Largo.
- Tronco, que me acabas de hostiar!
- Pero qué dices??!! Por qué cojones te iba a calzar una hostia?
- Y yo qué sé??!! El caso es que me acabas de tirar del banco. Por algo lo habrás hecho, no?
- Habrá sido otro, colega... que yo no te he hecho nada!
Largo se giró. Todos los demás estaban despertándose ahora, debido a los gritos.
- Troncheff... los demás estaban durmiendo, y yo, personalmente, no acostumbro a autogolpearme.
Largo se reincorporó y dándole la mano a Troncheff siguió conversando con él.
- Bueno, mira... da igual. Qué tal este finde?, cómo te ha ido?
- Ah, todo bien. Fuimos a una boda y tal... no estuvo mal.
- Eso te iba a preguntar... por qué no fuisteis al parti...?
Plaff!
Otra fuerte bofetada volvió a desequilibrar a Largo que, nuevamente, cayó de bruces sobre el suelo de la sala.
- Pero... enfermo! - Largo se reincorporó nuevamente. - Qué cojones te pasa? Estás mal de la cabeza, o qué?
- Pero de qué cojones me estás hablando??!! - Troncheff parecía sentirse ofendido. - Me estabas preguntando que qué tal el finde y yo te he contestado. Qué esperas que te diga, pedazo de maniático?
- Troncheff! Me acabas de soltar otra hostia!
- Anda, pero tronco... a qué estás jugando??!!
Largo le miraba estupefacto. "Será que realmente no sabe que me está pegando?"
Mientras, el resto ya se había despertado y miraban ahora cómo Troncheff y Largo discutían.
- Bueno, mira... déjalo. No pasa nada... debe ser que estoy algo alterado. - Largo trató de calmar la situación fingiendo que el error había sido suyo.
- Sí, debe ser eso.
- Y el resto de los Kuntakintes?
- Están en casa. Creo que durmiendo. Sé que Morrales estaba cansado y quería dormir. El resto imagino que también.
- Cansado de qué? - Landros adoptó un tono de voz algo duro y Largo le hizo una seña para que se calmara. Sin embargo antes de que Landros la viera, Troncheff le propinó un descompensado golpe en la cara que hizo que se tambaleara y cayese sobre uno de los bancos de la sala.
Largo miró a Troncheff con cara de susto, sin embargo, éste no tenía pinta de estar sintiéndose culpable ni lo más mínimo.
- Oye... Troncheff...
- Dime.
- De verdad no eres consciente de que estás soltando bofetadas a diestro y siniestro? - La voz de Largo flaqueaba y parecía inseguro.
- Largo... estás bien?
- Sí, joder, sólo quiero saber si...
Una nueva bofetada le interrumpió. Esta vez cayó sobre Johnny, que seguía durmiendo en el centro de la sala.
- AAGH! Pero qué cojones estás haciendo??!! - Johnny despertó de su sueño de la peor forma posible. Probablemente, lo que más le molestaba a Johnny en el mundo era que le quitaran sus preciadas horas de sueño.
Largo trató de disculparse explicándole lo ocurrido, pero mientras le contaba a Johnny lo sucedido, Troncheff cogió carrerilla y le propinó una brutal patada en el estómago.
- UFF! - Largo cayó nuevamente al suelo, ésta vez retorciéndose de dolor.
- Loco! - Los demás habían presenciado la escena y agarraban ahora a Troncheff para impedir que volviera a hacer algo similar.
Mientras tanto, Landros trataba de reanimar a Largo, que se encontraba tendido sobre el suelo sin moverse en exceso.
- Habrá que llamar a una ambulancia, creo que no está bien.
- NO! NO!, estoy perfectamente. - Jadeando, Largo se levantó. Su cara estaba completamente roja y se agarraba el estómago con fuerza.
- Tío, pero... qué te pasa? - Troncheff no comprendía lo que estaba ocurriendo. Parecía que a Largo le entraban extrañas convulsiones y ataques de ansiedad. - Si necesitas ambulancia... la tengo aparcada ahí fuera.
- No! Estoy mejor que nunca!
- Bueno, yo me ofrezco. Si te hace falta estoy dispuesto a llevarte al hospital.
- Deja, deja... estoy perfectamente.
- Será mejor que vayamos saliendo de aquí. Tongo, ha sido muy interesante. Volveremos otro día. - Landros comenzó a despedirse de Tongo mientras Johnny, Banyo, Jack, Pleiten y Niti controlaban a Troncheff.
Tras haberse despedido todos de Tongo salieron a los vestuarios para cambiarse.
- Estás bien, Largo?... - Johnny miraba ahora a su amigo, que tenía toda la pinta de estar a punto de vomitar.
- Sí, sí, me encuentro bien. Vámonos a jugar un partidillo de fútbol, me sentará bien.

[] [] [] []

Alexej no dejó de pisar el acelerador desde que salieron de casa de Juve.
- Tío, tanta prisa llevas? - Juve no entendía lo que estaba ocurriendo.
- Sí. Ese hombre es un peligro público.
- Pero qué le pasa? Es sólo un civil...
- No. Es más que eso. Él solo se ha bastado para arruinar un país entero a base de estrategias bien planeadas. Es un genio. Podría desequilibrar la economía mundial si se lo propusiese. Tenemos que impedir que siga danzando a su gusto con total libertad.
- Bueno...
Pocos minutos tardaron en llegar desde la vivienda del diseñador hasta el balneario. Al llegar se encontraron con que varios conocidos estaban ahora entrando en sus respectivos vehículos para marcharse.
- Mierda, quería haberles saludado. - Juve se sentía decepcionado. Hacía tiempo que no hablaba con ellos, pero ahora no era el momento. Tenían que cumplir una misión.
- Vamos, no te entretengas. Saca los fusiles y vamos a entrar. Ponte el pasamontañas, yo mientras cambiaré la matrícula.
Tras haber cambiado la matrícula, Alexej se colocó el pasamontañas, cargó su fusil y se preparó para entrar.
- Estás listo?
- Sí.- Juve le contestó convencido.
- Juve... deja que te comente una cosa... el pasamontañas no es una rodillera...
- Ah... por la forma juraría que...
- No... Juve... póntelo en la cabeza de forma que te cubra toda la cara. Cuando estés listo dime la hora y entramos.
- Ok, listo. Son las 14.39
- Tío... hemos salido de casa a las tres y veinticinco... es imposible que sean las tres menos veinte...
- Ah... esque se me olvidó cambiar la hora en...
- Joder... vale... venga... son las 15.40. Vamos a entrar.
Ambos cogieron sus fusiles y comenzaron a dirigirse hacia la puerta de los balnearios.

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