"Dónde cojones estará este imbécil??!!". Llevaba ya un par de horas frente a su casa, pero Simao aún no había regresado. Desde hacía meses Jack llevaba sospechando de la vida oculta del extranjero. "Qué hará fuera del horario de trabajo? Tan horrible será que no se atreva ni a contárselo a sus amigos?".
Simao era un tipo reservado, pero que en ocasiones tenía tendencia a hacer cosas realmente estúpidas. El mejor ejemplo que recuerdo de ello es el asesinato de aquella pareja de ancianos. Simao aún era un niño, pero sabía bien lo que hacía... tenía una mente perversa, todos le conocíamos. Por ello no solíamos dejarle solo ni un instante. Jack había fallado, Simao definitivamente había desaparecido.
"Joder! jodido hijo de puta, ahora llegaremos tarde a por las malditas entradas. Tanta mierda para nada!". Mientras miraba de reojo la puerta del portal de Simao, Jack agarró el paquete de Marlboro y nuevamente se encendió un pitillo. Debía ser el quinto de esa mañana, estaba algo alterado. No había podido dormir bien y encima los demás no quisieron acompañarle a buscar a Simao. "Jodidos cabrones, siempre me cargan a mí con el muerto...".
Con un fuerte estruendo la puerta del portal se cerró. Jack se giró metiéndose la mano en su chaqueta de cuero a toda velocidad, pero rápidamente volvió a sacarla.
- Simao, llegas tarde.
- Lo sé, he llegado hace pocas horas, tenía que dormir algo... he tenido una noche ajetreada. - Su sonrisa resultaba sospechosa, al igual que la especie de guiño que parecía que trataba de ejecutar mientras se colocaba sus gafas de sol. Simao era un tipo de estatura más bien reducida, pero algo más musculoso que la media. Su barba, normalmente descuidada, era de color oscuro, al igual que su pelo. Solía vestir chaquetas de cuero y pantalones anchos, una combinación algo extraña, pero últimamente era la moda entre cocainómanos y proveedores.
- Me das asco. Llevo casi dos horas esperándote.
- No sabía que llegarías tan puntual, eres tú quien suele decir eso de "estaré ahí en cinco miunutos" para aparecer mínimo 45 minutos más tarde de lo previsto.
- Deja esa mierda ahora. Tenemos que darnos prisa para conseguir las entradas.
- Qué entradas? Era eso lo que querías que hiciéramos?
- Eres retrasado? Te dije ayer que el resto no venía y que nos dijeron de ir nosotros.
- Vale, pero no me grites... últimamente todos tienen esa maldita costumbre de gritarme y despreciarme.
- Lo siento, estoy algo alterado... El resto nos ha dejado tirados.
- ... Por eso ya no acostumbro a irme con ellos... son una banda de hipócritas.
Tras terminarse el cigarro Jack entró en su coche, un Volkswagen Passat bastante cuidado y limpio.
- Veo que sigues teniendo la misma mierda que hace 2 años.- Simao observaba el arranque del vehículo con atención.
- Sabes, no todos vivimos como tú. Yo no puedo permitirme un Ferrari, entiendes?, asíque confórmate con esto.
- Bueno, pero déjame al menos que te enseñe cómo sacarle partido a uno de éstos...
- Y una mierda! Te crees que soy gilipollas?? Yo vi cómo dejaste la moto de Torsten, fue un milagro que aquello todavía pudieran retirarlo del asfalto. No sé ni cómo sigues con vida...
- Bah... memeces... aquello no fue nada. Tendrías que haber visto lo que hice con aquel SLR de McLaren-Mercedes. Prácticamente volé desde la azotea de mi edificio hasta la del edificio de al lado. Fue una persecución muy dura, la poli no se me quitaba de encima...
- Ya...
Jack miraba su reloj de vez en cuando. Ya era imposible que llegaran, las taquillas estarían a rebosar a esta hora.
- Mira colega... por tu puta culpa... no llegamos ni de coña, al final nos quedamos sin ver el concierto.
- Deja de quejarte, mírame a mi, mi vida es un asco y sigo sonriendo...
- Claro...
- Claro, qué?
- Nada... déjalo.
La mirada de Simao parecía perderse en el horizonte... algo había captado su atención, pero enseguida Jack le sacó de su trance.
- Oye Simao, y tu rata?
- Te refieres a mi mapache?
- Eso! joder tío, esque siempre lo confundo... cómo hiciste para que sobreviviera aquella batalla campal que tuviste con los rusos en tu salón?
- No la sobrevivió.
- Ah... vaya... lo siento.
- Qué más da... lo robé en un zoo. Tuve que cruzar la valla electrificada, eso sí, pero llegué vivo.
- Hum...
Después de unos minutos el Passat llegó a su destino y, como Jack había predicho, la cola parecía interminable.
- Dios... estoy hasta los cojones...
- Mira ahí. - dijo Simao señalando a un grupo de personas mientras salía del coche.
- Qué dices!, son ellos!
En la cola había 4 personajes danzando y gritando de tal modo que el resto de la cola parecía haberse alejado de ellos de forma prudente. El más alto sostenía en su mano una botella de Whisky medio vacía, mientras que el personaje situado a su lado le sostenía riéndose a carcajadas.
El tercero estaba echándose cerveza en un enorme vaso de plástico y el cuarto... vaya... el cuarto era una mujer.
- No pensé que vendríais. - La cara de enojo de hacía unos minutos parecía haberse transformado en una sonrisa. - He traído a Simao.
- Tío, te noto más feo de lo normal, te pasa algo? - El Whisky parecía no haberle hecho efecto al Largo. El Largo era un tipo alto, delgado y de pelo largo y rubio. Parecía tambalearse, pero su balbuceo era lo suficientemente comprensible como para saber que estaba en condiciones aceptables para seguir criticando a su ritmo. - Aféitate, te quedan horribles esas barbas de vagabundo... pareces una fregona.
- Ocúpate de tus asuntos. - Simao parecía sentirse ofendido.
- Parece que no le conozcas...
- No le defiendas Banyo.
Banyo, corpulento y de estatura considerable, sujetaba al Largo con todas sus fuerzas mientras trataba de contestar a Simao, pero Lauren se lo impidió.
- Chicos, dejad de pelearos!, parecéis niños... cuándo vais a crecer?? estamos aquí para divertironos!
- Beaeaea! Lauréndroma! - Landros agitaba los brazos vehementemente mientras gritaba cosas sin sentido... la cerveza sin embargo no se derramaba. - Oye Jack... al final vamos a ir al Bruten o qué? tanta mierda de conciertos y la comida la olvidas, no?...
- Hemos ido hace nada!
- Y una mierda! - Ahora sí que derramó cerveza... involuntariamente agitó el vaso con tanta fuerza que toda la cerveza cayó sobre la chaqueta de Simao. - Ups...
- MI CHAQUETA! -Los ojos de Simao parecía que iban a salirse de sus órbitas...
Rápidamente se quitó la chaqueta y la tiró al suelo, gritando improperios y dándole patadas con fuerza. Su cara parecía volverse más y más roja por momentos y de repente comenzó a correr hacia el final de la cola, empujando a todo aquel que se cruzara por su camino.
- Mira lo que has conseguido, Lauren!
- Pero si yo... - Landros la interrumpió con una fuerte carcajada. - Pero no seas ridícula!, si te estoy enormemente agradecido.
- Pero en serio, yo no he hecho nada... no me agradezcas nada.
- Gracias Lauren, eres enorme.
- Gracias Lauren te queremos. - el Largo estaba en proceso de ir despertándose de su trance... aunque sus ojos seguían sin tener ningún objetivo fijo. - Por cierto... dónde está el resto de la tropa incompetente especializada?
- Qué más te da? - A Banyo parecía incluso irritarle la pregunta, aunque en el fondo esperaba que vinieran... hacía mucho que no se reía de nadie... Demasiado...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
En fin curioso comienzo, veamos como transcurre la historia...
Parece que promete!
Un Saludo ;)
Publicar un comentario