Transcurrieron varios minutos antes de que Alexej lograra forzar la cerradura de la puerta.
- Al fin!
- Ya has conseguido abrirla?
- Sí. Vamos, ayúdame a empujar los portones.
Juve se unió a Alexej y juntos comenzaron a empujar la puerta con todas sus fuerzas. La puerta acabó cediendo y se abrió de par en par.
Para la sorpresa de ambos, en la sala no parecía haber nadie.
- Está llena de... PELUCHES! - Alexej no entendía nada.
- Pero cómo es posible? No habías dicho que...?
- SÉ LO QUE HE DICHO!
- Habrá que seguir buscando. - Alejándose de su compañero, Juve comenzó a buscar algo de utilidad entre los peluches. - Joder... este hombre tiene una obsesión con Disney.
Juve se encontraba ahora ante un enorme peluche de Goofy y lo observaba con atención.
- Las facciones no están bien hechas... debería ver si...
Una voz que parecía proceder de todos las esquinas de la sala al mismo tiempo le interrumpió.
- Habéis caído. Esta sala no tiene salida y en breves instantes comenzará a expandirse el gas venenoso que hay en el interior de cada uno de esos muñecos asesinos.
Alexej se giró hacia la puerta: Seguía abierta. Volviéndose a girar hacia Juve encogió los hombros. Juve tampoco entendía nada. O el tío al que tenían que matar era un inútil o todo esto era una broma.
- Tongo, las puertas siguen abiertas. Nos estás vacilando?
Una fuerte carcajada forzada se escuchó por los altavoces.
- Para nada! Moriréis aquí hoy.
Juve cada vez oía la voz más cercana y para su sorpresa no provenía de ninguna de las esquinas. "Qué cojones...? Habrá más altavoces en el centro de la sala?"
Poco a poco iba avanzando en la dirección de la que provenía la voz y conforme se acercaba, cada vez le sonaba menos robótica. "Debe estar por aquí... se habrá ocultado bajo el suelo mediante algún sistema ultramoderno de camuflaje y..." Antes de que sus pensamientos terminasen de fluir uno de los peluches cercanos a él comenzó a moverse levemente. "Qué cojones...?" Acercándose lentamente y con sigilo Juve empezó a escuchar más detenidamente. Parecía que hubiese alguien respirando en ese lugar junto a él.
Con un ágil movimiento Juve apartó varios peluches de golpe con una mano, mientras sostenía el fusil en la otra como buenamente era capaz.
- ... - Juve se quedó sin palabras ante la imagen que ahora mismo captaban sus ojos.
Tongo estaba sentado en el suelo semioculto bajo peluches y completamente desnudo con un micrófono en la mano. Su cara delataba la sorpresa que le había causado su descubrimiento por parte de Juve.
- Bien... Fin del juego. Os mostraré lo que estáis buscando.
Juve seguía sin poder articular palabra. "Dios mío, es lo más grande que he visto nunca..."
Alexej se acercó, fusil en maon y comenzó a reír en alto.
- Qué?, y el gas tóxico? Es esto todo lo que tenías para ofrec... JODER! Pero qué clase de monstruo eres??!!
Tongo no entendía de qué estaban hablando. Levantándose del suelo comenzó a andar hacia el final de la sala.
- Seguidme, aquí tengo lo que buscáis.
- To... Tongo, te buscamos a tí, no hace falta que nos enseñes nada más... - Alexej seguía algo confuso. El impacto de aquella imagen era ahora difícil de superar.
- Tranquilo, cuando veas lo que escondo en mi palacio entenderás por qué el gobierno me busca... - Tongo seguía avanzando hacia el final de la sala con paso decidido.
Mientras Juve estaba sentado en el suelo inclinado sobre sus rodillas y Alexej, aún sin moverse, observaba al portugués con atención.
Abriendo una pequeña compuerta en la pared, Tongo introdujo un código en un panel de números. Tras pulsar un botón con el símbolo de Disney una enorme puerta secreta se abrió.
Los ojos de Alexej estaban a punto de salirse de sus órbitas. Juve consiguió alzar la vista lo justo para descubrir lo que Tongo había estado ocultando durante tanto tiempo tras aquella puerta secreta.
- Aquí lo tenéis. Propia cosecha, y al fondo del todo importación de Portulandia, traído hasta aquí en carrozas del siglo XXI originales, con tracción a cuatro mulas. No podréis quejaros, sois los primeros en saber de la existencia de esta plantación, exceptuando el gobierno.
- Es... es... es... CAFÉ??!! - Alexej no podía creer lo que estaba viendo. Tras lo ocurrido con Zipotten, este era el hecho que más le había sorprendido desde hacía años. Una plantación de café.
El gobierno posterior al de Zapatero había ilegalizado el café por considerarlo una droga dura, y las mafias de diversos países habían centrado sus respectivos negocios en el contrabando de café.
Por lo que acababan de presenciar, Tongo pertenecía a alguna de estas mafias.
Alexej sabía que Portugal era un gran foco en el que se exportaban drogas de todo tipo al resto de Europa. Ya conocía a varios contrabandistas portugueses y el gobierno ruso, desde que Rusia pertenecía a la Unión Europea, le había ordenado a su organización que se encargara del contrabando de drogas. Tongo no habría sido ni el primer ni el último portugués que feneciera bajo el indiscutible reinado de Stukov en el ámbito del negocio ilegal.
- Bien. Esto es todo. Ahora he de irme. - Tongo dio media vuelta y comenzó a andar hacia el helipuerto situado en el centro de la plantación, donde su helicóptero de emergencia estaba ya comenzando a girar las aspas.
Alexej ni se inmutó. No era capaz de reaccionar. Todo aquello le había causado un gran impacto y durante algunos minutos permaneció inmóvil en el sitio, con la vista perdida en el extenso campo que se abría ante él.
"Todos estos años..."
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