miércoles, 20 de junio de 2007

Capítulo 27: La máscara

"Madre de mi vida, qué dolor de cabeza!!" Jack ni siquiera había logrado abrir los ojos. Estaba tumbado sobre una superficie bastante cómoda. No recordaba bien cómo había llegado hasta ahí, ni siquiera dónde estaba. De momento sólo sentía un tremendo dolor de cabeza y notaba que todo le daba vueltas.
- Dios... uff... esto es horrible... - Jack se agarraba la cabeza con fuerza mientras intentaba incorporarse ligeramente para ver dónde estaba.
Lentamente abrió los ojos. Al principio no veía nada. El efecto de todo lo que bebió la noche anterior aún no había pasado del todo.
- Mierda... no veo un cojón... - Frotándose los ojos trató de abrir los ojos todo lo que se lo permitían los párpados. Para su sorpresa se encontraba en una habitación de grandes dimensiones. Estaba iluminada con una tenue luz rojiza y las persianas parecían estar todas bajadas. Notaba como aún le daba vueltas todo el cuerpo. - Buff... estoy a punto de vomitar... dónde coño habré ido a parar?
Tras unos segundos respirando a fondo tratando de recuperarse un poco se dio cuenta de que no era su cabeza la que daba vueltas... sino toda la habitación... más bien... la cama! Se trataba de una maldita cama giratoria de tamaño espectacular. A su lado, tras otros pocos segundos de calma escuchaba una respiración bastante débil. "A quién me habré tirado esta vez?... espero que no haya vuelto a cometer el error de llevarme por delante a Paris... por décima vez... sería horrible... la de veces que he tenido que ir al médico por esa gilipollez..."
Forzando algo la vista Jack observaba el bulto que la gruesa sábana formaba a su lado. La intriga le devoraba por dentro y, sin embargo, no se atrevía a destapar a la fémina por no encontrarse con otra desagradable sorpresa.
Mientras pensaba en qué hacer Jack se giró hacia el otro lado de la cama. Su intención ahora era salir de esa habitación e ir a baño a refrescarse sin armar ningún escándalo, asíque lentamente bajó un pie al suelo.
Antes de tocar el mármol o la alfombra que yacía al borde de la cama su pie topó con otra extraña superficie. Jack se sobresaltó un poco, pero mantuvo la calma. Mirando el suelo descubrió que había otro ente acurrucado sobre la alfombra.
"Qué huevos!... dos??... quién coño será ésta??!!" Mientras su visión se adaptaba a la tenue luz Jack comenzó a recordar escenas de aventuras pasadas, tratando de acordarse de alguna fémina que pudiese haber caído nuevamente en sus sucios trucos.
Tras unos minutos Jack aún no había caído en quién podía haber sido, sin embargo ahora parecía reconocer al sujeto con más facilidad. Sus ojos ya se habían acostumbrado y poco a poco aquel montón de huesos tenía toda la pinta de empezar coger forma. "... pelo corto?... y qué huevos es eso que lleva en la cabeza?"
El sujeto estaba completamente desnudo. Tenía bastante vello en la espalda para ser una mujer. Estaba tumbado mirando al suelo, de forma que no podía verse su cara. Jack trató de girarla con cuidado de no despertarla.
Poco a poco el cuerpo empezaba a girar sobre sí mismo y Jack ya podía verle la cara.
"MIERDA!". Se trataba de Jorge. "Qué cojones hace este tío aquí?!". Mientras intentaba recordar cómo habían llegado hasta aquí, Jack observaba el artilugio que Jorge llevaba en la cabeza.
"Será que nos hemos tirado a una misma mujer?... lo del trío parece que sí ha funcionado..." Ligeramente más tranquilo Jack tomó aire. Estaba convencido de que todo había sido como una noche cualquiera. Aún no entendía a qué venía el extraño aparato que Jorge tenía ajustado sobre la boca, pero sabía que debía tratarse de algún tipo de juguete sexual. "A las mujeres les encanta vernos hacer tonterías de estas...". Jack sonreía. Le resultaba raro ver a su amigo con una pelota de tenis en la boca atada con correas de cuero con pinchos de metal. Ahora Jack también vio las esposas. "Madre mía...". La chica debía ser una fiera. A Jack comenzaba nuevamente a corroerle la curiosidad. Quién era esa mujer tendida sobre la cama giratoria? Cómo era posible que no se acordara de nada?
El suelo estaba lleno de latas de "Locura" y colillas, ropa de toda clase, entre prenda y prenda Jack descubrió 2 tangas de leopardo. "La madre que les parió... esto es asqueroso..."
Sin poder aguantar más Jack se abalanzó sobre la cama y destapó al individuo. Poco le sorprendió ver que no llevaba ropa, visto lo visto aquello era lo normal. El shock se lo causó descubrir que este sujeto tampoco era una fémina, de hecho, era un ser corpulento y llevaba una máscara de cuero negro que tenía una cremallera metálica a la altura de la boca. "Qué clase de mierda es ésta?!, en qué coño me metí yo anoche!" Desesperado Jack empezó a coger su ropa. Mientras se vestía el sujeto que yacía a su lado comenzó a despertar también.
- Mmm... qué dolor de cabeza... necesito una copa... - La voz del individuo le resultaba tremendamente familiar, pero Jack no se atrevió a emitir ningún sonido. - Dónde coño estoy?
Jack permanecía inmóvil por miedo a ser descubierto. Para su desgracia, los gritos del enmascarado estaban despertando a Jorge, quien ya trataba de abrir los ojos. Jack estaba perdido, lo sabía. Ahora todos se enterarían de la verdad. Tenía que hacer un pacto de silencio con ambos individuos si quería mantener su reputación a flote. "Como esto llegue a oidos de Johnny o Largo me enviarán al hermano del Largo a que me desmonte... tengo que evitar que se enteren".
Con un fuerte grito y tirando de todos los lados de su máscara Banyo se incorporó en la cama.
- Dejadme salir! Os mataré a todos! Hijos de puta!! - Aparentaba estar nervioso. - Zanzor, te denunciaré! Hijo de la gran puta!
"Zanzor?" Jack no entendía nada.
- MMM! - Jorge trataba de gritar, pero el aparato que llevaba en la boca le impedía articular palabra. - MMM!!!
- Mierda... Jorge, quítate eso... - Jack había dado por perdida la posibilidad de huir sin ser visto. 
Ahora tenía que enfrentarse a la cruda realidad. - Escucha, Jorge... creo que tendremos que preguntarnos entre nosotros lo que ocurrió anoche... recuerdas algo?
- Jack, eres tú? - El enmascarado seguía peleando para sacar la cabeza de la máscara. No se le entendía bien debido a que la cremallera de la boca estaba cerrada, sin embargo la voz se podía reconocer perfectamente.
- Banyo, quítate esa mierda, me estás dando miedo. - Jack estaba aún en estado de shock, pero se iba recuperando poco a poco. - Recuerdas algo de anoche?
- Sólo que Zanor estuvo repartiendo latas de Coca-Cola a diestro y siniestro, y que luego nos emborrachamos... finalmente creo recordar que nos veníamos nosotros 4 y Zipotten a la casa de Zipotten. - Banyo ya casi había logrado desprenderse de la máscara.
- Ésta es la casa de Zipotten? - Jack miró a sunalrededor. 
Ahora empezó a fijarse con más detenimiento en los detalles: 
había símbolos de masculinidad repartidos a lo largo y ancho de toda la habitación. - Por qué cojones hemos venido aquí? Y Zipotten?
- Zanzor y él se emborracharon juntos, aún no sé bien por qué... y Zanzor propuso continuar con la fiesta en la mansión de Zipotten.
- Pero dónde está Zipotten?
- No lo sé. Supongo que entrenando en la azotea. Según tengo entendido hace yoga sentado en la parte más alta de su casa.
- Sigo sin entender nada... qué pasó aquí? Lo sabes?
- No muy bien... Zanzor insistió en que volvería pasado un rato y que nos fuésemos poniendo estas cosas... yo cuando me lo puse me quedé dormido... no sabía muy bien lo que estaba pasando pero todo me daba vueltas y parecía estar viviendo en un mundo de colorines lleno de hembras increíbles, ni un sólo hombre a excepción de Zanzor...
- Me suena...
- A mí también. -Jorge se acababa de quitar el aparato y estaba vistiéndose ahora. - Excepto que en mi mundo de colorines sí que había hombres, no sólo Zanzor si no otros rollo Brad Pitt vestidos en tanga de leopardo.
Jack trataba de disimular su cara de asco, pero a punto estuvo de escupirle a Jorge a la cara.
- Me largo. Voy a ver si encuentro a Zanzor... tiene que responderme a algunas preguntas. - Cogiendo su chaqueta de cuero y desprendiéndose de la camiseta rosa Jack se levantó, salió por la puerta y la cerró de un portazo, dejando a Banyo y a Jorge solos en la habitación.
- Oye... tú no... quiero decir... no recuerdas haber... o bueno... sabes si... joder... te duele algo? - Banyo trató de formular la pregunta sutilmente, pero el resultado fue algo violento.
- Qué?!

lunes, 18 de junio de 2007

Capítulo 26: Música, alcohol, derroche

"Mariposas?... flores?... rayos de sol? mujeres! montones de mujeres!... dónde habré ido a parar... será el paraíso?" Jack no entendía lo que estaba pasando... estaba completamente desorientado... no recordaba nada... "cómo he llegado hasta aquí? quiénes son todas estas mujeres que me sonríen y me acarician?"
- Qué huevos le pasa a este inútil? - Largo observaba con cierta estupefacción los cambios de expresión de Jack. - Me está mirando con cara de agilipollado... Johnny, dale con la escoba, a ver si despierta... anda que... menudo modelito lleva puesto el colega...
- Hostia va! - Al mismo tiempo que terminó de formular la frase cogió impulso y le golpeó vehementemente la tripa al pobre infeliz.
- No se mueve. Dale más fuerte, está más drogado que la madre que lo parió... dale fuerte Johnny, dale.
Nuevamente Johnny cogió impulso y con un potente golpe tiró a Jack de la mesa en la que estaba tumbado.
- Creo que esta vez sí... - Largo sonreía satisfecho. - Te está bien empleado... menuda mariconada llevas puesta cabrón. Acaso te has cambiado de acera?
- Ho... hola... - Jack sonreía con la mirada clavada en los ojos del Largo. - Cómo te llamas?
- O... oye Johnny... dale otra vez, que me está dando miedo... este tío delira...
Otro vehemente golpe de Johnny dejó a Jack algo aturdido, pero poco tardó en volver a mirar a su alrededor con cara de felicidad.
- Tío, vámonos de aquí, este tío está más perdido que Wally en el frente atlético... déjale aquí, ya le encontrará alguien, no? - Johnny tiró la escoba a un lado.
- Sí. Dejémosle ahí. - Cogiendo una botella de whisky comenzó a llenarse un mini. - Pero antes de irnos vamos a tomarnos unas copas.
- Perfecto.
Aproximadamente media hora más tarde Johnny y Largo se habían acabado botella y media de whisky, y se encontraban ahora llenando un barril aleatorio con brebajes que iban encontrando en los armarios y frigoríficos del chiringuito.
Vittorio llegó a tiempo para impedir que ingirieran más cantidad de bebida y acabó echándolos del chiringuito, cogiendo el extraño potingue ideado por los dos borrachos.
- Borrachos! Largo de aquí!
- Pe... pero boss... no hemos bebido nada de eso, al menos déjanos probar nuestro invento, no? - Largo balbuceaba con dificultad, al mismo tiempo que trataba de sostenerse en pie apoyado en Johnny, el cual hacía lo propio.
- Que os larguéis! Iros al concierto, putas!
- Mierda, es verdad... el concierto... vamos Largo... - Medio a trompicones los dos beodos comenzaron a avanzar como podían por entre las masas para llegar al escenario.

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- Yujuuu! Qué conciertazo chicos!... - Zanzor bailaba con fervor en el concierto de los teloneros de Def Con Dos. Jorge y Banyo continuaban con él, pero con cierta distancia, pues les daba algo de vergüenza ajena que la gente les relacionara con el individuo que más escándalo estaba montando de todo el público.
Los saltos y gritos no encajaban del todo bien con la preciosa melodía de los violines de aquella banda ucraniana de música clásica, por ello Banyo y Jorge acabaron por decidir que no era buena idea que Zanzor permaneciese ahí.
- Zanzor! - Banyo, copa en mano, agarró del hombro a Zanzor para frenarle un poco. - Es hora de ir a por la pancarta. Def Con Dos está a punto de comenzar.
- Sí, tienes razón... voy a ir a por ella... esperadme aquí que me tendréis que ayudar a sujetarla cuando esté abierta.
- Sí, sí... claro. - Banyo volvió junto a Jorge para comentarle algo al oído mientras Zanzor se dirigía de nuevo hacia el chiringuito.
Al llegar al chiringuito, Zanzor se encontró con que Vitto estaba tratando de despertar a Jack de su misterioso trance.
- Vamos, hay que ir al concierto! - Zanzor gritaba y meneaba los brazos de forma vehemente.
- Tendremos que llevarnos a este zombie.
- Sí, llévatelo tú, yo cojo la pancarta y el barril ese que tienes ahí.
- Es un mejunje que se han inventado Johnny y el Largo... cualquiera sabe lo que es.
- Mientras contenga algo de alcohol será bueno.
- El problema está en que probablemente sólo contenga alcohol...
- Voy a probar a ver qué tal está... - Sacando un mini comenzó a echarse y a pegarle sorbos al vaso. - No está nada mal... es muy suave y sabe dulce... valdrá para animarnos un poco.
- Ok. Venga, vamos hacia allí.
Zanzor cogió la pancarta y se puso el barril de la extraña bebida al hombro, llevándose también unos cuantos vasos extra para repartir entre los amigos que esperaban en el concierto.

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Una preciosa moza se acercó a Jack, tratando de ayudarle a levantarse de la mesa. Jack sabía que aquello sólo podía ser el cielo... hace unos minutos dos preciosas féminas le habían estado masajeando y ahora otra venía a llevarle a dar una vuelta... por si fuese poco encima una cuarta hembra se acercó al lugar para saludarle. Las dos chicas y él abandonaban ahora el lugar. "Esto es un sueño... encima se llevan un barril y una sombrilla para la playa... esto es el cielo... el cielo".
A paso lento Jack comenzó a avanzar junto a las dos sorprendentes féminas que le guiaban hasta un lugar repleto de cientos de féminas más que parecían estar dándolo todo delante de un escenario.
- Sí nenas! - Jack sonreía.

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Largo y Johnny estaban ahora metidos en pleno colectivo de fans de Def Con Dos. Un par de filas más adelante y a la derecha, pegados a un borde del escenario estaban Banyo y Jorge. También Vitto y Jack se encaminaban hacia esa zona, mientras que el extraño doctor estaba ahora tratando de abrir una enorme pancarta. Banyo y Jorge acudieron en su ayuda, tirando cada uno de un extremo de la pancarta.
Landros se unió a Largo y Johnny, pues el concierto estaba a punto de comenzar y era bien sabido que comenzarían con la mítica canción "Sigo siendo heterosexual". No podían perderse esa joya. Era un auténtico deleite auditivo.
- Qué coño están haciendo Banyo y Jorge? - Landros parecía sorprendido.
- No sé. - Johnny ni se inmutaba. - Decía Vitto que era una pancarta.
- De qué? - Largo no se enteraba de nada. Copa en mano miraba a cualquier lado menos al escenario o a la pancarta.
- Allí colega. Están allí. Parece que ya han terminado de abrir la pancarta... lees lo que pone Landros?
- Espera a que me ponga las gafas. - Poniéndose unas gafas de culo de vaso que se asemejaban más a unos prismáticos que a unas gafas Landros comenzó a forzar la vista para reconocer lo que había escrito en la pancarta.- Parece que aún está tapada. Tiene una cuerda a cada lado para destaparla, pero de momento no se lee nada.
En ese mismo instante los músicos pisaron el escenario empezando directamente con la canción estandarte.
Landros, Johnny y Largo botaban y cantaban con fuerza. Entre estrofa y estrofa Largo le vomitaba encima a alguno de los fans más cercanos, los cuales se apartaban ipsofacto pegando gritos de asco y desprecio.
Llegado el momento del estribillo, Banyo y Jorge tiraron de las cuerdas a petición de Zanzor y en en la pancarta podía leerse claramente un enorme texto que rezaba: "NOSOTROS NO".
Johnny y Landros se quedaron perplejos al ver que los componentes del famoso grupo del "trío" ni se inmutaban al ver aquella ofensa, es más... bailaban como si nada!
- Pero qué hacen?! - Landros no entendía nada. El grupo de individuos de camisetas rosas había aumentado, y Vitto había escapado sutilmente para unirse a Landros y compñía. Thiago, Paco, Pancracia, Paris, Marta, Beto, Troncheff, Pitorrín, y un extraño tio de color con taparrabos y armado con una lanza rudimentaria bailaban alrededor de la provocativa pancarta.
- Esto es una ofensa a Def Con Dos. - Landros estaba cabreado. - Deberíamos matarles a todos. Cuándo se ha visto que un homosexual pueda tener libertad de expresión? En qué puto siglo vivimos?
Largo seguía vomitando mientras cantaba y se reía de la situación y Johnny seguía sin poder articular palabra. Tras unos minutos se dirigió a Largo.
- Definitivamente Jack está perdido.

Capítulo 25: El chiringuito

- 11550, 11600, 11650... madre de Dios... - Vittorio contaba de forma minuiciosa todos los fajos de billetes que contenía el maletín que uno de los capos de la mafia cafetera le había entregado para que vendiese su producto. - Estos cabrones portugueses y su puta manía de pagar en maletines con billetes de 50... no pueden hacer como todos y pagar por transferencia, cheque o billetes más grandes... no... tienen que ser los putos cabrones que dan la nota... 11800, 11850, 11900... justo... 12000. Parece que todo está en orden.
- Vitto... - Largo y Johnny acababan de llegar al recinto y se disponían a montar algunos de los utensilios del chiringuito de la "alternativa". - Dónde dejamos estas cajas?
- Son de la asociación?
- No. Privadas.
- Entonces guardadlas bajo llave en el almacén, junto a los sacos de opio, que aún queda sitio.
- Ok. Vamos Johnny. - Ambos se dirigieron al almacén para guardar sus posesiones antes de ponerse con los preparativos del chiringuito.
Landros, Celia y Maggie ya estaban en el chiringuito montando algunos sistemas de seguridad. Una valla electrificada por orden explícita de Vittorio, una ametralladora con sensor de movimiento y de calor, una cámara de seguridad y unos paneles de activación del sistema en caso de necesidad eran algunos de los sistemas de seguridad del chiringuito.
Todo parecía estar perfectamente coordinado.
Algunos de los integrantes del colectivo de las camisetas graciosas aparecían ya por el recinto. Encabezados por Zanzor se dirigieron hacia el chiringuito.
- Qué huevos lleva el chorbo ese? - Johnny y el Largo ya habían terminado de descargar y guardar todo el material necesario y volvían ahora al chiringuito. Atentos trataban de descubrir lo que Zanzor llevaba entre los brazos. - Parecen ser unos palos con un trozo de tela arriba.
- Será una pancarta. - Vittorio conocía al individuo y sabía que tenía costumbre de dar la nota con ese tipo de espectáculos en acontecimientos de masas. - Veremos qué sorpresa nos espera este año...
- Buenos días, señor don Vitto. - El extraño sujeto tendió su mano de un modo un tanto desconcertante al capo del chiringuito, bajo la atenta mirada de los presentes. - Aquí traigo algunos individuos dispuestos a perder el culo por el chiringuito.
- Gracias, pero espero que eso no fuese con segundas. - Vitto no estaba para bromas, las fiestas estaban a punto de comenzar y aún quedaba mucho por hacer. - Vamos! Nenazas, a trabajar, poneros a cargar los armarios y los frigoríficos, no queremos quedarnos sin stock!
- Eso es!, a trabajar, pedazo de maricones! - Largo parecía alterado... quizás emocionado por la situación. - Y quien se cuele en uno de esos armarios que no vuelva a salir de él hasta que me haya ido o le daré uso a la ametralladora de la entrada para hacer limpieza!
Era bien sabido que al Largo no le agradaba en exceso la presencia de homosexuales. Según él "no es nada personal, simplemente me dan asco". La gente sospechaba que fue desde aquel conocidísimo encuentro con el marino filipino, aunque otros decían que era porque su hermano había visitado la cárcel en siete ocasiones por abatir con bates de acero, ladrillos, puños americanos, cadenas o incluso escopetas recortadas a un total de veintisiete homosexuales. El sentido de justicia que ambos hermanos tenían estaba un tanto desequlibrado con respecto a lo habitual, pero a pocos les importaba.
- Escucha Largo... mejor déjame los discursos a mí, de acuerdo? Encargaros vosotros de servir cervezas al resto de los componentes del chiringuito... aunque os acabéis la mitad de los barriles antes de servir la primera copa, prefiero que no estorbéis en el resto de funciones. - Vitto sonaba enojado, pero mantenía las formas. - Moveros.
Troncheff, Banyo, Beto, Pitorrin, Paris, Jack y Jorge seguían a Zanzor. Algunos ya llevaban puesto el modelito de fiestas, otros aún no se habían aventurado a ponérselo. Jack se escondía avergonzado detrás de Troncheff y Beto. "Espero que no me vean".
Se había negado a ponerse la camiseta, sin embargo ignoraba que Banyo se había preocupado por llevar consigo la de Jack también.
- Me apetece tomar algo... Banyo... puedes hacerme el favor de traerme una Coca-Cola? Esque me gustaría evitar que Johnny y el Largo me vean mientras estén sobrios.
- Ok. - Banyo se disponía a ir a uno de los frigoríficos a coger una lata cuando Zanzor le interrumpió.
- No, espera. Iré yo, de paso me cojo otra para mí.
- Bueno.
Tras unos segundos Zanzor volvió con dos latas. Mientras le daba sorbos a la que sostenía en una mano extendía el otro brazo esperando a que Jack cogiese la suya.
- Gracias. - A Jack le daba mala espina aquel tío. 
Ya tuvo un encuentro un tanto extraño en el hospital cuando le cubrió las espaldas al puto portugués. No le hacía nada de gracia aquella situación y, sin embargo, acabó abriendo la lata y dándole largos sorbos. - Qué raro sabe esto...
- No te quejes... es lo que querías. - Zanzor sonreía de forma disimulada.
- No me quejo, no está mal... pero no parece Coca-Cola.
- Lo sé. Es la nueva producción. Tiene un sabor peculiar.
Jack bebía a un ritmo acelerado y parecía darle tragos con ansia. Tras acabarse la lata pidió otra. Así hasta 4 latas.
- Necesito algo de alcohol, la puta Coca-Cola se me hace empalagosa ya.
Zanzor tardó menos de 5 segundos en correr a por una cerveza. Entregándosela a Jack le sonrió.
- Aquí tienes. Bien fresquita.
- Gra... Gracias. - Jack comenzaba a tambalearse y a sentirse un tanto acelerado. Sentía mucho calor y su chupa de cuero le hacía sudar de forma descompensada. - Necesito quitarme esto... hace mucho calor.
- Sin duda. Sabía que tendrías calor, por eso te he traido esto. - Banyo le lanzó la camiseta que llevaba guardada en su mochila.
- No me des esta mierda... te he dicho que no quería ponérmela... - Tras acabar su frase Jack se sentó en el suelo sudando y jadeando levemente. - Buff... qué calor... me acabo esta cerveza y me traes otra, Banyo... que si no me da algo...
No tardó ni cinco minutos en acabarse otras dos latas de cerveza cuando de repente empezó a ver colores y figuras de todo tipo. No sabía ni dónde estaba y todo le daba vueltas. Tras otros 5 minutos de delirio acabó tumbándose. Banyo y Jorge aprovecharon para ponerle la camiseta y le tumbaron en el interior del chiringuito para que descansara un rato.

Capítulo 24: Últimos preparativos

Jack se sentía estafado. Había pagado más de 20 euros por una mierda de ese calibre y encima su amigo no tenía ni el más mínimo interés de cambiar de idea. Es más, quería convencerle a toda costa de que eran la "camiseta definitiva"... un éxito popular, sin duda alguna. "Panda de desgraciados...". Sabía que el artífice de aquella patraña había sido Jorge, aconsejado por su amigo el médico. No era la primera vez que Jorge parecía estar demasiado unido a Zanzor,
pues años atrás ya había dado a conocer públicamente su inestable orientación sexual. Con el paso de los años aquello parecía 
haberse convertido en un simple mito, una leyenda urbana, a pesar de que muchos quedaron sorprendidos de que aquel individuo pudiese mantener una relación estable con una fémina. En cualquier caso todo aquello eran cosas del pasado y no tenía sentido traerlas a flote de nuevo. Todos estaban contentos. Todos menos Jack. "Por qué mierdas no hice caso de lo que el puto Largo me advertía... tendría que haber abandonado el proyecto hace tiempo... ahora es tarde para unirme a Johnny y a él...".
Mientras se dirigía hacia su vehículo Jack se acababa su cigarro. Abriendo la puerta lanzó la colilla al suelo. Tras sentarse en su asiento encendió el motor y salió del garaje.
"Veremos lo que nos espera... ya queda menos para las fiestas..."

[] [] [] [] []

Largo y Johnny estaban sentados en el sofá. Birra en mano y mirada perdida en la caja tonta. Quedaba poco tiempo para que se inauguraran las fiestas. Unas pocas horas y estarían montando bulla en el esperado concierto de Def Con Dos.
- Ya falta menos. - Largo le daba un largo trago a su cerveza. - Tenemos las camisetas listas y el alcohol preparado.
- Sip. - Johnny asentía. - Aunque no sé si bastará con 5 litros de whisky, 2 de ron y 1 de vodka. No crees que deberíamos comprar más?
- Johnny... somos 2.
- La noche es larga.
- Ya, bueno... si vemos que se nos queda corto aún podemos tirar de mi minibar.
- Largo... tienes 2 hectáreas de terreno bajo tierra con barriles importados desde Irlanda... eso ya NO es un puto minibar...
- Bueno... es la costumbre... ya sabes... tradición.
- De todos modos... tenemos todo listo...
- Sí... aunque aún no entiendo la jugada de Jack... qué cojones le pasará? Sabe de sobra que las camisetas llevan siendo un símbolo de mentalidad desde el 2005... por qué huevos se dejó engañar por las víboras de los del partido gay tricantino?
- Eran del partido gay?
- Al menos 2... no?
- No sé... estoy descolgado de la política desde que en las elecciones del 2012 ganó el partido de la Falange en las generales, asíque como es obvio no me preocupo por los componentes de cada partido.
- Bueno... sólo sé que las camisetas que iban a hacerse eran en honor a George Michael. Algunos iban a comprar el set completo... con pantalones, tanga y todo eso... no sé si Jack picó.
- Jajaja! - Johnny tiró la lata de cerveza por la ventana y se levantó del sofá. - Bueno... me la suda... vamos a ir cogiendo las cosas, que nos toca montar el chiringuito del Vittorio... a ver si este año también hacemos venta de café importado... el año pasado nos hicimos de oro...
- Sí. Me da igual... con que tengan alcohol...
- Recuerda que es el chiringuito "sin alcohol, por la alternativa"... jajaja!
- Sí, lo recuerdo... por eso todos sus camareros suelen estar borrachos... porque no venden el alcohol... se lo acaban ellos! - Largo ahora también se levantaba del sofá y se dirigía a coger las cajas de los licores para partir hacia el recinto. - Vamos, es la hora.
Johnny agarró otra caja. Salieron del piso y tras cerrar con llave se dirigieron hacia el recinto cargdos con las cajas.

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- Oye Zanzor... - Jorge llevaba el carrito del Carrabo cargado de latas de color rosado con la inscripción "Locura". - Estás seguro de que esto les va a gustar a todos? Qué clase de bebida es?
- Sí. Es comparable a la ambrosia.
- Pero... qué cojones es? -  Jorge no se fiaba nada de su amigo. No era la primera vez que le hacía beber algo de lo que no sabía su composición real, ni mucho menos los efectos que podía causar. De la última vez ni siquiera recordaba lo ocurrido después de haber probado la bebida.
- Es una bebida del estilo RedBull... pero más suave y con un toque más de... 
taurina... con mezcla de componentes estimulantes. Es una bomba.
- Mmm... es un especie de éxtasis legal?
- Algo así... lo único es que no puedes mezclarlo con alcohol porque hace que pierdas ligeramente la cabeza.
- Es bueno saberlo... por si acaso no tomaré...
- Tú te lo pierdes.
- Podré con ello... - Jorge seguía metiendo packs de latas del extraño brebaje. Seguro que algún insensato caería en la tentación de probarla... además contenía algunos compuestos que, según recordaba de cuando estuvo ingresado en un centro de desintoxicación, eran adictivos, por lo que, probalemente, aquél que se atreviese a probarla no pararía de tomarla en mucho tiempo. - Jajaja.
- De qué te ríes?
- He pensado que sería gracioso camuflar estas latas como si fuesen Coca-Cola o cerveza... seguro que algún inútil picaría...
- Jajaja. Sí, es buena idea... la pondré en práctica. Mete otro pack más y yo me encargaré de camuflarlo y venderlas en nuestro chiringuito. - Guiñando un ojo de forma un tanto provocativa Zanzor dio media vuelta y continuó metiendo cosas en otro carro.
Para la sorpresa de Jorge, gran parte del volumen del carro de Zanzor lo ocupaban cajas de preservativos de todos los tipos y colores.
- Todo eso es para tí?
- No, qué va... es para todos nosotros... nuestras camisetas serán un éxito, ya lo verás. - Nuevamente guiñó el ojo, esta vez de forma aún más mosqueante para Jorge, el cual ya reculaba de forma disimulada.
- Bu... bueno, si tú lo dices...

domingo, 17 de junio de 2007

Capítulo 23: Las camisetas

Los días de fiestas se aproximaban. Los chiringuitos, la música, el alcohol, las mujeres, los hombres, la hoguera, los fuegos artificiales... Jack estaba ansioso. Sabía que aquél sería un gran año. Otros años, por la presencia de seres indeseables, las famosas "fiestas de Tres Cantos" habían resultado ser una enorme pérdida de tiempo. Este año no. 
Este año las camisetas serían un éxito y los conciertos serían la 
bomba del siglo.  Jack estaba convencido de ello.
Mientras esperaba la llamada de su compañero Banyo, Jack extrajo una cajetilla de Marlboro y comenzó a fumarse un cigarro. Sonriente trataba de imaginarse el brillante diseño de las camisetas de este año.
Un sonoro timbre le bajó de su nube y al descolgar el teléfono un desproporcionado eructo le dio la bienvenida a la conversación.
- Quién coño eres?, enfermo! - A Jack le enojaba sobremanera que la gente le eructara en una conversación, más desde que el Largo estableciese como norma proyectar acideces a la cara de sus interlocutores y acompañarlas con los que él llamaba "elementos estimulantes de la conversación", para otros conocidos como "tropezones de chorizo".
- Huy, perdona... no sabía que habías cogido ya el teléfono... - La voz de Banyo podía distinguirse claramente, a pesar de que parecía haber regresado de entre los muertos hacía unos instantes.
- Hola Banyo. Estaba esperando tu llamada. Habíamos quedado en que me llamarías a las 10.00 y son las 11.40. Qué ha pasado?
- Nada. No me sonó el despertador...
- Ya... vale. Bueno date prisa en cambiarte, voy a recogerte ahora. - Jack colgó el teléfono y se dirigió hacia el garaje para coger su coche y salir a gran velocidad en dirección de la casa de su amigo.
Tras unos pocos minutos Jack llegó a su destino. Aparcando el coche en doble fila se dispuso a apagar el motor y a bajar del vehículo cuando, de repente, Banyo apareció a la vuelta de la esquina de su portal con una botella de Brugal a mitad bajo el brazo y vestido en albornoz y zapatillas de andar por casa.
Antes de que Jack pudiese decir nada Banyo se abalanzó sobre el coche, haciendo que se tambaleara. Rápidamente se montó en él y gritando comenzó a ponerse el cinturón y a señalar la dirección por la que había venido corriendo.
- Rápido, acelera! Nos persiguen!!
- Banyo... quieres explicarme qué cojones estás haciendo así?
- No hay tiempo, acelera!
- Pero... - Antes de que pudiera acabar la frase dos agentes de policía y un hombre con apariencia de tabernero desquiciado asomaban a la vuelta de la esquina. Tras señalar el vehículo en el que se encontraban comenzaron a correr hacia ellos a toda velocidad, porra en mano.
- Acelera, cojones!
Jack metió marcha y aceleró todo lo que pudo para salir de allí a toda velocidad, no sin antes llevarse por delante al inocente tabernero.
- Aaaagh! Qué asco, ahora tendré que limpiar el coche... mira cómo me lo ha puesto todo de sesos! - Jack parecía enojado.
- Me perseguían desde hace ya un rato... había ido al bar a desayunar y...
- Banyo... te has llevado esa botella del bar?
- Esque en casa no me quedaba y...
- Banyo, espera... quiero decir... has robado esa botella?
- Bueno, robar, robar... no me pusieron ninguna pega en ponerme todo el desayuno que les pedí... a mí me sorprendió que no me dijeran nada, pero cuando me iba a ir el nota me dijo que quería no sé qué de euros...
- Creo que es habitual...
- Pues que le den...
Jack agitaba la cabeza. "Menudo inepto..."
- Habrás encargado las camisetas al menos, no? - Mientras se sacaba otro cigarro del bolsillo Jack miraba por el retrovisor en busca de alguno de esos cerdos de azul.
- Yo no, lo hicieron Beto y Pitorrín, pero vamos... deberían tenerlas listas... según he oído son la bomba.
- Lo sé, eso escuché.
Pocos minutos después llegaron a la tienda y Jack aparcó nuevamente en doble fila.
- Entra tú a por ellas Banyo, no quiero que me pongan una multa.
- Ok. - Banyo salió del coche y entró en la tienda.
Tras largos minutos de espera, Banyo salió con dos cajas de cartón bajo los brazos.
- Tienes todas?
- Sí, están todas. Vámonos a casa y nos las probamos.
Nuevamente Jack encendió el coche y pisando a fondo abandonaron la calle.
- Por qué este año habéis elegido esta tienda y no aquella a la que íbamos siempre?
- No me preguntes... fue cosa de los otros... - Banyo sacó la botella y dándole un largo trago volvió a guardarla en su bolsillo. - Habrá que preguntarles a ver por qué...
- No es habitual comprar camisetas en una tienda del "orgullo" en Chueca, sabes?
- No me lo digas a mí, yo no elegí el sitio.
- Vale, vale. En cualquier caso el próximo año propondré yo el lugar.
- Bueno... lo que tú digas... de todas formas aquí las tenían de buena calidad.
- Las qué, por Dios, Banyo, las qué?! - Jack miró a su amigo con cara de susto.
- Joder las camisetas, qué va a ser...
- Uff... claro, claro... sí... jajaja, qué tonto de mí...
Después de unos minutos Jack detuvo el coche en la puerta de su garaje. - Ve subiendo, ahora voy yo.
- Ok. - Banyo cogió las cajas y su botella y salió del vehículo.
Jack se adentró en el garaje y tras estacionar su vehículo en la plaza de aparcamiento comenzó a ordenar su coche. Odiaba el desorden y cada vez que su amigo pasaba por donde fuera podían compararse los destrozos a los que causaba un huracán. Era increíble.
No tardó en arreglarlo todo y tras echarle una sonriente mirada a su preciado coche entró en el ascensor. Al abrirse las puertas del ascensor Jack pudo escuchar los agónicos gritos de su compañero que venían, para la sorpresa de Jack, de la dirección contraria de la que se encontraba su piso. "Dónde cojones se habrá metido".
Metiendo su mano en el bolsillo, esperándose lo peor, Jack se acercó rápidamente a la habitación de la que venían los gritos. Al llegar, la puerta estaba abierta y Banyo saliendo por ella, arrastrándose como una lagartija coja.
- Qué coño haces aquí??
- Me he equivocado... esta señora casi me mata con la plancha...
- Joder, Banyo... eres un inútil... vamos a mi casa, que aún tenemos que probarnos las camisetas y organizar el chiringuito de las "sanas juventudes de Tres Cantos"... ya sabes... ante todo ser partícipes del movimiento que nuestro político corrupto favorito inició en su día... para sacarse una pasta y colarse en el ayuntamiento gracias a nosotros...
Banyo siguió a Jack a su habitación y tras un largo silencio en el que ambos estaban tirados en el sofá se dirigió a su compañero tratando de parecer sobrio:
- Bueno... voy a probarme esto... ahora me dices qué tal me queda...
- Pero inútil, tendrás que quitarte el albornoz para poder ponerte la camiseta, no?
- No, esque no llevo nada debajo... si quieres lo hago pero...
- No, no... déjalo, mejor pruébatela por encima.
Banyo sacó su camiseta de la caja y, como acordado, comenzó a forcejear para poder ponérsela por encima. Tras unos minutos de intensa pelea con la prenda en cuestión, Banyo logró colocársela correctamente. Mirando a Jack preguntó:
- Qué te parece? Están guapas, no?...  mira, aquí dice eso de "nos faltan 2 para hacer un trío" y por detrás...
Jack estaba estupefacto. El impacto que esa visión le había causado hizo que su boca quedara bloqueada y completamente abierta. El cigarro se le cayó y a punto estuvo de prender la alfombra.
Tuvieron que pasar 5 minutos para que Jack pudiese reaccionar.
- Oye... escucha...
- Dime... te mola?
- Mira... esque, creo que ha debido haber un malentendido... cuando yo dije "rojo con letras negras" me refería a "rojo con letras negras", no a "rosa con letras azul cielo"... entiendes?... Aparte de eso... qué son esos dos agujeros a la altura del pecho? Desde cuándo... aaagh! Dios... no me digas que son para los pezones!!! pedazo de pervertidos!!! DIOSSS!... tengo que vomitar... esto es asqueroso...
- Pero joder... si esto mola... mira... es una camiseta ajustadísima, tremenda para mostrar pectorales... y encima no tiene mangas... no te mola?
- NO! ES UN ASCO!
- Pero entonces aún no has visto lo mejor... según me habían dicho le habían marcado una flecha que señalara nuestras partes íntimas diciendo "prueba esto". Es tremendo, lo que pasa es que aún no lo he encontrado... se habrán olvidado de ponerlo...
- No, Banyo... no se han olvidado... lo que pasa es que la flecha y el texto que mencionas está POR DETRÁS DE TU CAMISETA!!!
- Ah... vaya... entonces a qué señala la flecha? No se suponía que señalaría nuestras partes íntimas? Me parecía una camiseta graciosa.
- Banyo... eres un inútil. Yo paso de esto... ahí os quedáis...
- No, Jack, tío... será divertido... vamos, tronco... si encima tenemos nombres personalizados... mira tu camiseta, verás! - Sacando de la caja otra de las camisetas, Banyo le señaló la parte superior del reverso de la camiseta. - Mira.
- "Jackie-Flower"?... Mira, es definitivo... paso de esta mierda... que os den por el culo.
Sacando otro cigarro de su paquete, Jack salió por la puerta y la cerró de un portazo.